Para los que gozan o prefieren seguir una ruta histórica, o para los que nunca se lo han planteado, esta puede ser una buena opción para alimentar un poco el morbo y de paso motivarse para tener un acercamiento con la historia de México.
Sin tener que salir de la ciudad, puedes organizar una tarde de museos, pero antes de que hagas cara de fuchi, pregúntate si no te gustaría conocer aquellos que constantemente coquetearon con la muerte y dan pie a las leyendas y relatos sobrenaturales.
Si vienes de provincia y decides pasar un par de días en la capital, estas opciones pueden formar parte de tu itinerario, para que conozcan los misterios históricos que dan un gran atractivo a la ciudad.
Primeramente, la palabra museo proveniente de la palabra latina museum- musei, que significa lugar consagrado a las musas, las cuales son representantes de las artes y ellas mismas son instrumento de inspiración para el artista. Ahora bien, los lugares que te presento a continuación muestran un arte bastante peculiar, no apta para gente muy sensible, pues durante el recorrido podrá perturbar tu mente y causarte escalofríos. ¿Te atreves a entrar?
Primeramente, la palabra museo proveniente de la palabra latina museum- musei, que significa lugar consagrado a las musas, las cuales son representantes de las artes y ellas mismas son instrumento de inspiración para el artista. Ahora bien, los lugares que te presento a continuación muestran un arte bastante peculiar, no apta para gente muy sensible, pues durante el recorrido podrá perturbar tu mente y causarte escalofríos. ¿Te atreves a entrar?
El museo de la tortura y pena capital
En la calle de Tacuba del Centro histórico, se encuentra una exhibición permanente de instrumentos de tortura utilizados en los momentos en que la Santa Inquisición tuvo mucho poder y presencia en México.
Las salas se encuentran repletas de objetos inhumanos que eran encargados de infringir dolor y la muerte de una forma morbosa y cruda a los acusados de practicar herejía, brujería y la homosexualidad.
Durante el recorrido uno puede irse imaginado la cantidad de sangre y dolor que salían de los cuerpos mientras eran desollados, machacados, desmembrados y degollados lentamente para alargar su agonía.
Se puede llegar a pensar que estas técnicas de castigo son cosas del pasado, sin embargo el hombre se ha encargado de modernizar estas prácticas para que la evidencia sea menos obvia y nadie se percate de ello. Quizá estos artefactos están casi extintos, pero la maldad el hombres sigue latente.
Otro dato curioso que te puede animar a visitar el sitio, es que esto se consideraba un espectáculo y un entretenimiento para los ciudadanos de aquel entonces. Aquella multitud se aglomeraba para ver cómo el verdugo, avergonzaba y lastimaba espantosamente al acusado. Qué mentes tan poco sensibles las de aquella gente.
En la calle de Tacuba del Centro histórico, se encuentra una exhibición permanente de instrumentos de tortura utilizados en los momentos en que la Santa Inquisición tuvo mucho poder y presencia en México.
Las salas se encuentran repletas de objetos inhumanos que eran encargados de infringir dolor y la muerte de una forma morbosa y cruda a los acusados de practicar herejía, brujería y la homosexualidad.
Durante el recorrido uno puede irse imaginado la cantidad de sangre y dolor que salían de los cuerpos mientras eran desollados, machacados, desmembrados y degollados lentamente para alargar su agonía.
Se puede llegar a pensar que estas técnicas de castigo son cosas del pasado, sin embargo el hombre se ha encargado de modernizar estas prácticas para que la evidencia sea menos obvia y nadie se percate de ello. Quizá estos artefactos están casi extintos, pero la maldad el hombres sigue latente.
Otro dato curioso que te puede animar a visitar el sitio, es que esto se consideraba un espectáculo y un entretenimiento para los ciudadanos de aquel entonces. Aquella multitud se aglomeraba para ver cómo el verdugo, avergonzaba y lastimaba espantosamente al acusado. Qué mentes tan poco sensibles las de aquella gente.
El Palacio de Lecumberri
Hoy es el Archivo General de la Nación y un museo que abre sus puertas al público, para dejar al descubierto sus lúgubres rincones. Sin embargo, la función de esta magnífica obra arquitectónica ubicada en el noroeste del centro de la ciudad, que se construyó durante el auge del porfiríato, era un contraste con la actualidad. Comenzó como una cárcel y terminó siendo la tumba de mucha gente que pereció y sufrió bajo sus muros. Tanto así, que se le empezó a conocer como el “Palacio Negro,” pues la miseria era latente en ese lugar generada por las torturas y el trato inhumano a los presos.
No solo su lado macabro hizo famoso a Lecumberri, los personajes célebres, como Pancho Villa, Alfaro Siqueiros el asesino de Trotsky, José Agustín, José Revueltas, los presos del 68 que desafortunadamente se unieron a la lista de presos, ayudaron a incrementar la fama de la majestuosa y bien temida prisión. ¡Hasta el cantante Juan Gabriel fue a dar ahí!
El palacio de Lecumberri tiene en resguardo cantidad de información sobre la historia de México, desde juicios que se presentaron durante la Santa Inquisición, documentos firmados por el mismo Hernán Cortés y la evidencia de lo que la crueldad humana puede llegar a hacer. Así pues, echarle un ojo no te caería mal.
El Palacio de Lecumberri
Hoy es el Archivo General de la Nación y un museo que abre sus puertas al público, para dejar al descubierto sus lúgubres rincones. Sin embargo, la función de esta magnífica obra arquitectónica ubicada en el noroeste del centro de la ciudad, que se construyó durante el auge del porfiríato, era un contraste con la actualidad. Comenzó como una cárcel y terminó siendo la tumba de mucha gente que pereció y sufrió bajo sus muros. Tanto así, que se le empezó a conocer como el “Palacio Negro,” pues la miseria era latente en ese lugar generada por las torturas y el trato inhumano a los presos.
No solo su lado macabro hizo famoso a Lecumberri, los personajes célebres, como Pancho Villa, Alfaro Siqueiros el asesino de Trotsky, José Agustín, José Revueltas, los presos del 68 que desafortunadamente se unieron a la lista de presos, ayudaron a incrementar la fama de la majestuosa y bien temida prisión. ¡Hasta el cantante Juan Gabriel fue a dar ahí!
El palacio de Lecumberri tiene en resguardo cantidad de información sobre la historia de México, desde juicios que se presentaron durante la Santa Inquisición, documentos firmados por el mismo Hernán Cortés y la evidencia de lo que la crueldad humana puede llegar a hacer. Así pues, echarle un ojo no te caería mal.
El antiguo palacio de medicina/ antiguo palacio de la inquisición
Es nada más y menos el lugar donde iba se juzgaban a los presuntos culpables que rompían con las leyes impuestas por la inquisición; era un tribunal y una cárcel. En ese mismo lugar se aplicaban los castigos de tortura a los que no se les encontraba inocentes.
Por esa razón, te puedes imaginar toda la mala vibra que se encierra en el lugar. Afortunadamente, pasó de crimen y sangre, a convertirse en una escuela de medicina perteneciente a la UNAM. Finalmente, acabó como museo sobre cuestiones médicas bastante interesantes.
Es preciso decir, que en sus salas tienen una exposición sobre la anatomía humana con cuerpos reales (no se alarmen, son difuntos que generosamente fueron donados), para que puedas comprender mejor el funcionamiento de tu cuerpo y des fin a tu curiosidad sobre lo que hay adentro de ti, sin necesidad de tener que abrir a un pobre hombre. Esto último es broma.
Así que, ya sabes cómo turistear de una forma sencilla y económica, atreviéndote a probar cosas nuevas, pero sobre todo conociendo la historia y la esencia de la bella ciudad de México, lo cual es lo más importante, y sobre todo, que te diviertas.
Por: Ingrid Vargas