La familia ha sobrevivido a lo largo de los últimos dos mil años a tantas tendencias sociales, ideológicas y situaciones políticas. Pero en la actualidad, han surgido diferentes polémicas sobre la constitución de la familia.
El pasado 3 de junio, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que es inconstitucional para cualquier estado del país considerar en su ley que el matrimonio es exclusivo entre un hombre y una mujer y su finalidad sea la procreación, lo que provocó que varios sectores de la población se manifestaran en contra y a favor de dicha ley.
Los primeros en manifestarse en su contra fueron las comunidades cristianas, quienes se movilizaron a lo largo del país para expresar su consternación ante dicha ley. Por otra parte, también hubo quienes vieron con buenos ojos la decisión de los ministros, como lo fue la comunidad LGBT, quienes celebraron dicha apertura del Estado mexicano.
El Cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México, califico de “miope” la visión de la corte sobre el matrimonio, además declaró que “suele juzgársele a los obispos mexicanos de retrogradas y de discriminadores”, sin embargo, comenta que ellos “sólo defiende la sobrevivencia de la comunidad que es: la familia”.*
En pleno siglo XXI aún nos siguen rebasando este tipo de temas, es por ello que este primer artículo propone una apertura a las diferentes mentalidades religiosas y no religiosas.
Para entender un poco más la postura de los cristianos, principalmente de los católicos, entrevisté al párroco de mi comunidad. La mejor forma de entender los procesos sociales, económicos, políticos e históricos, es conociendo tu propio entorno.
La propuesta del Catedrático de Sociología y Filosofía de Derecho Enrique Martín López, sobre el concepto de familia, nos refiere como un ámbito de convivencia que abarca una parte de nuestra vida social, en donde hay un vínculo entre personas que tienen metas definidas. Si consideramos lo anterior, podríamos decir, que quizás los matrimonios entre personas del mismo sexo también podrían ser consideradas como familias; sin embargo, en la sociedad mexicana donde la familia es considerada la institución más valiosa, no se percibe así. Conozcamos la postura que tiene la institución religiosa más importante de nuestro país, la Iglesia Católica.
El Padre Juan Guillermo Blando Pérez de nacionalidad mexicana, de origen colombiano, con 20 años de sacerdocio, quien se ordena en Colombia en la comunidad de los Misioneros de La Divina Redención, con más de 10 años de vida en Italia, y 4 años y medio en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, nos explica, desde su punto de vista, qué es la familia:
“La familia sigue siendo una de las células básicas para la construcción del mundo, de hecho es una de los grandes pilares de la sociedad. La familia hoy en día no está siendo lo que Dios quiso. Dios quiso que la familia fuese el fruto de la unión del hombre y la mujer, que ahí se diera la procreación de sus hijos, que papá y mamá le ayudaran al creador para que otros seres humanas nacieran y crecieran sanos llenos de valores, donde aprendiera las primeras prácticas de conocimiento: la cultura, el idioma, la religión, las tradiciones. La familia como algún autor las suele llamar es como el pequeño país en donde todos nacemos, pequeño país donde todos recibimos ayuda, consuelo, protección, fortaleza para poder enfrentar la vida, la realidad del mundo”.
Frente a esta postura sobre la familia el Padre comenta que la Iglesia ha seguido con preocupación intensa el desenlace que están teniendo distintas opiniones a nivel mundial acerca de la familia:
“…miramos con consternación estos nuevos ideales de familia que se están creando, las aducciones de personas del mismo sexo, la Iglesia no puedo y no podrá nunca compartir esas propuestas de familia. Para la Iglesia basándose en el libro del génesis y en general la Sagradas Escrituras, la familia es el fruto de la unión de un hombre y una mujer unidos mediante la bendición de Dios que han aceptado vivir esa unión no sólo como una unión legal, sino como un sacramento que representa la unión de Cristo con su esposa, que es la Iglesia”.
No obstante, en la actualidad hay muchos casos de familias separadas o de parejas que deciden divorciarse para seguir sus vidas de forma independiente. Siendo así, que la familia ha empezado a tener otra construcción social. El pasado 25 de junio el Papa Francisco dijo ante miles de sus feligreses reunidos en la plaza San Pedro que "a veces la separación de los esposos es necesario para sustraer a los niños de la violencia”. Además que habló de un cambio de mentalidad, ya que antes se les obligaba a las familias a soportar con paciencia las desdichas matrimoniales. Ahora se está preparando a los obispos a dar comunión a los padres divorciados que se quieran volver a contraer nuevamente matrimonio y puedan llevar una penitencia.*** Ante ello el Padre Juan Guillermo responde:
“El Papa no ha hecho otra cosa que repetir lo que la Iglesia siempre ha dicho, que cuando el matrimonio por razones extremas no funciona la Iglesia permite la separación de cuerpos, pero el sacramento permanece, así esas personas hayan incumbido en el divorcio por preservar su salud, la integridad de los niños, su integridad persona y física, tienen la obligación de aun viviendo en cuerpos separados conservarse y mantenerse fidelidad el uno hacia el otro, es decir, la persona que se divorcie que mejor se dedique a la oración, al trabajo, a la educación de los hijos y que sublime su sentimientos carnales o sexuales con otras actividades. El ser humano no es solamente sexo. El Papa lo que quiere con estos pronunciamientos es sensibilizar la caridad hacia los divorciados, ya no deben ser tratados como leprosos, o como pecadores, o como personas segregadas de la comunidad, deben ser mirados con misericordia y con sentimientos de bondad.”
Para tener una visión más amplia recurrí a la experiencia de un historiador; Mtro. Ignacio García Ponce historiador por la ENAH y la UNAM, con actividades de docencia e investigación, especialista en siglo XX, quien nos enfatiza:
“La familia es una forma organizativa, los seres humanos no podemos actuar sino socialmente y a partir de formas organizativas e institucionales, de ello depende nuestra formación, el sustento, la protección, nuestra visión del mundo, etc. Entre más complejas las formas organizativas o institucionales en una sociedad se puede decir que es más civilizada. Si la familia es vulnerada en su existencia, por el Estado, entonces esa civilización tendrá problemas”.
También aclara que:
“Estos nuevos cambios son fundamentales, las familias y las formas de pareja han cambiado, es un proceso que viene de muy atrás. La Suprema Corte sólo pasa a reconocer una práctica en la medida del derecho mexicano. La Corte no está obligada a sujetarse a marcos morales, sólo al marco jurídico, en tanto el Estado mexicano no es un Estado confesional sino laico. Pero la Iglesia católica, mañósamente, prefiere olvidarse de eso y confundir a la sociedad. El Estado mexicano no está vulnerando a la familia sino reconociendo sus transformaciones, es decir, podríamos decir que fortalece a esta institución”.
Ante estos avatares por comprender la dinámica de las nuevas formas de organización social, lo primero sería entender que en efecto la Suprema Corte en su declaración aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo, sin abordar el tema de la familia. Lo cierto es que la familia, pese a su composición, sigue siendo el núcleo de miles de hogares mexicanos. Ya sea por hombres y mujeres, madres o padres solteros, abuelos, tíos o personas del mismo sexo la familia tiene que ser la célula básica que permita a las personas desarrollarse íntegramente, alcanza metas y realizar proyectos, que te fortalezca, y sobretodo, que te facilite una mejor comprensión de tu realidad, ¿tú qué familia quieres?
Por: Verónica Vergara
El Cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México, califico de “miope” la visión de la corte sobre el matrimonio, además declaró que “suele juzgársele a los obispos mexicanos de retrogradas y de discriminadores”, sin embargo, comenta que ellos “sólo defiende la sobrevivencia de la comunidad que es: la familia”.*
En pleno siglo XXI aún nos siguen rebasando este tipo de temas, es por ello que este primer artículo propone una apertura a las diferentes mentalidades religiosas y no religiosas.
Para entender un poco más la postura de los cristianos, principalmente de los católicos, entrevisté al párroco de mi comunidad. La mejor forma de entender los procesos sociales, económicos, políticos e históricos, es conociendo tu propio entorno.
La propuesta del Catedrático de Sociología y Filosofía de Derecho Enrique Martín López, sobre el concepto de familia, nos refiere como un ámbito de convivencia que abarca una parte de nuestra vida social, en donde hay un vínculo entre personas que tienen metas definidas. Si consideramos lo anterior, podríamos decir, que quizás los matrimonios entre personas del mismo sexo también podrían ser consideradas como familias; sin embargo, en la sociedad mexicana donde la familia es considerada la institución más valiosa, no se percibe así. Conozcamos la postura que tiene la institución religiosa más importante de nuestro país, la Iglesia Católica.
El Padre Juan Guillermo Blando Pérez de nacionalidad mexicana, de origen colombiano, con 20 años de sacerdocio, quien se ordena en Colombia en la comunidad de los Misioneros de La Divina Redención, con más de 10 años de vida en Italia, y 4 años y medio en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, nos explica, desde su punto de vista, qué es la familia:
“La familia sigue siendo una de las células básicas para la construcción del mundo, de hecho es una de los grandes pilares de la sociedad. La familia hoy en día no está siendo lo que Dios quiso. Dios quiso que la familia fuese el fruto de la unión del hombre y la mujer, que ahí se diera la procreación de sus hijos, que papá y mamá le ayudaran al creador para que otros seres humanas nacieran y crecieran sanos llenos de valores, donde aprendiera las primeras prácticas de conocimiento: la cultura, el idioma, la religión, las tradiciones. La familia como algún autor las suele llamar es como el pequeño país en donde todos nacemos, pequeño país donde todos recibimos ayuda, consuelo, protección, fortaleza para poder enfrentar la vida, la realidad del mundo”.
Frente a esta postura sobre la familia el Padre comenta que la Iglesia ha seguido con preocupación intensa el desenlace que están teniendo distintas opiniones a nivel mundial acerca de la familia:
“…miramos con consternación estos nuevos ideales de familia que se están creando, las aducciones de personas del mismo sexo, la Iglesia no puedo y no podrá nunca compartir esas propuestas de familia. Para la Iglesia basándose en el libro del génesis y en general la Sagradas Escrituras, la familia es el fruto de la unión de un hombre y una mujer unidos mediante la bendición de Dios que han aceptado vivir esa unión no sólo como una unión legal, sino como un sacramento que representa la unión de Cristo con su esposa, que es la Iglesia”.
No obstante, en la actualidad hay muchos casos de familias separadas o de parejas que deciden divorciarse para seguir sus vidas de forma independiente. Siendo así, que la familia ha empezado a tener otra construcción social. El pasado 25 de junio el Papa Francisco dijo ante miles de sus feligreses reunidos en la plaza San Pedro que "a veces la separación de los esposos es necesario para sustraer a los niños de la violencia”. Además que habló de un cambio de mentalidad, ya que antes se les obligaba a las familias a soportar con paciencia las desdichas matrimoniales. Ahora se está preparando a los obispos a dar comunión a los padres divorciados que se quieran volver a contraer nuevamente matrimonio y puedan llevar una penitencia.*** Ante ello el Padre Juan Guillermo responde:
“El Papa no ha hecho otra cosa que repetir lo que la Iglesia siempre ha dicho, que cuando el matrimonio por razones extremas no funciona la Iglesia permite la separación de cuerpos, pero el sacramento permanece, así esas personas hayan incumbido en el divorcio por preservar su salud, la integridad de los niños, su integridad persona y física, tienen la obligación de aun viviendo en cuerpos separados conservarse y mantenerse fidelidad el uno hacia el otro, es decir, la persona que se divorcie que mejor se dedique a la oración, al trabajo, a la educación de los hijos y que sublime su sentimientos carnales o sexuales con otras actividades. El ser humano no es solamente sexo. El Papa lo que quiere con estos pronunciamientos es sensibilizar la caridad hacia los divorciados, ya no deben ser tratados como leprosos, o como pecadores, o como personas segregadas de la comunidad, deben ser mirados con misericordia y con sentimientos de bondad.”
Para tener una visión más amplia recurrí a la experiencia de un historiador; Mtro. Ignacio García Ponce historiador por la ENAH y la UNAM, con actividades de docencia e investigación, especialista en siglo XX, quien nos enfatiza:
“La familia es una forma organizativa, los seres humanos no podemos actuar sino socialmente y a partir de formas organizativas e institucionales, de ello depende nuestra formación, el sustento, la protección, nuestra visión del mundo, etc. Entre más complejas las formas organizativas o institucionales en una sociedad se puede decir que es más civilizada. Si la familia es vulnerada en su existencia, por el Estado, entonces esa civilización tendrá problemas”.
También aclara que:
“Estos nuevos cambios son fundamentales, las familias y las formas de pareja han cambiado, es un proceso que viene de muy atrás. La Suprema Corte sólo pasa a reconocer una práctica en la medida del derecho mexicano. La Corte no está obligada a sujetarse a marcos morales, sólo al marco jurídico, en tanto el Estado mexicano no es un Estado confesional sino laico. Pero la Iglesia católica, mañósamente, prefiere olvidarse de eso y confundir a la sociedad. El Estado mexicano no está vulnerando a la familia sino reconociendo sus transformaciones, es decir, podríamos decir que fortalece a esta institución”.
Ante estos avatares por comprender la dinámica de las nuevas formas de organización social, lo primero sería entender que en efecto la Suprema Corte en su declaración aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo, sin abordar el tema de la familia. Lo cierto es que la familia, pese a su composición, sigue siendo el núcleo de miles de hogares mexicanos. Ya sea por hombres y mujeres, madres o padres solteros, abuelos, tíos o personas del mismo sexo la familia tiene que ser la célula básica que permita a las personas desarrollarse íntegramente, alcanza metas y realizar proyectos, que te fortalezca, y sobretodo, que te facilite una mejor comprensión de tu realidad, ¿tú qué familia quieres?
Por: Verónica Vergara